Alguien no escucha que podés, y quiere volver a medir si tu molde es fractura, capricho o locura. No se permite tachar o borrar, ningún volver sobre tus pasos, nada de dar vueltas en el aire ni pensar en lo imposible.
Un camino debe precederte. No vayas a creer que podés soslayarlo o inventar uno propio. Un ideal te carcome y sin embargo lo intentás, no vale abandonar aunque suponga tu invisibilidad.
Te condenan en la diferencia de aquello que quiere ser norma. Y entonces la caída es anunciada, presagiada. La certeza se apodera del enigma, alguien muere en el intento de ser alguien.
Estallás para que una mirada te encuentre, para que dejen de auscultar tus pupilas como si fueran indicios de la mecánica del tiempo.
Esperás, siempre esperás.
Que una mirada pueda más que un ojo.
Que la escucha pueda más que el oído.
Que el deseo pueda más que una neurona.
María Emilia Chuit
No hay comentarios:
Publicar un comentario